"Lejos del mainstream, lejos de los Estados Unidos y de las tendencias de consumo del momento, existen proyectos interesantes, de circulación más limitada, que siguen nutriendo de manera fundamental el acervo audiovisual disponible en la nube".
Con la popularización de las plataformas de streaming, internet se ha alzado como la nueva gran sala de exhibición del cine mundial. Tanto la distribución gratuita online como el modelo de SVOD (Subscription Video On Demand, o Streaming Video On Demand) le han dado una vuelta al mercado y a la manera como se transmiten (y producen) los contenidos audiovisuales. En un solo lugar, almacenados como un kiosko intangible, los usuarios ahora pueden examinar, elegir, parar y apreciar a su ritmo una pléyade de producciones de todos los rincones del mundo y de todas las épocas.
Netflix ha acaparado los focos del streaming de contenidos por su éxito global, al que se han adherido plataformas como HBO Go, Hulu y Amazon Prime Video. No obstante, en sus márgenes, hay proyectos locales e inexplorados donde se distribuye cine de alta calidad y donde suenan otras voces. Lejos del mainstream, lejos de los Estados Unidos y de las tendencias de consumo del momento, existen proyectos interesantes, de circulación más limitada, que siguen nutriendo de manera fundamental el acervo audiovisual disponible en la nube.
Aunque esta lista se ha hecho antes (en medios como Gatopardo, Radiónica o Genbeta), la actualizamos con proyectos enfocados hacia América Latina y sus miradas locales, y con el ojo puesto sobre todo en la difusión de cine independiente.
Retina Latina es el archivo más robusto de cine latinoamericano contemporáneo del momento. Esta plataforma digital de difusión, promoción y distribución de cine latinoamericano, pública y de acceso gratuito, ofrece cientos de títulos para los usuarios de América Latina y el Caribe. El proyecto surgió de la iniciativa de seis países (Bolivia, Ecuador, Perú, México, Uruguay y Colombia) para responder a tres problemas: la inexistencia de un mercado regional de cine consolidado, la concentración de obras nacionales exitosas en el mercado local que no se exhiben en países vecinos y la insuficiencia de mecanismos de coordinación regional para la distribución de las películas.
Entre muchas otras, en la plataforma se pueden ver películas colombianas como Gente de bien, de Franco Lolli; Todo comenzó por el fin, de Luis Ospina; La sirga, de William Vega y La playa D.C., de Juan Andrés Arango. También hay grandes cintas del resto de Latinoamérica, incluyendo grandes nombres como Nicolás Pereda, Luciana Decker, Nicolás Echevarría y Federico Veiroj.
FilminLatino es la plataforma de streaming del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). El 42% de su contenido es cine mexicano. La plataforma se creó el 21 de julio de 2015 “con la finalidad de consolidar un espacio digital donde el cine mexicano conviva al mismo nivel de las cinematografías del mundo y crear un lugar para el disfrute y la promoción de una cultura en torno al cine”?, dijo en su momento el expresidente Enrique Peña Nieto.
FilminLatino ofrece más de 1.600 títulos, entre películas, series y cortometrajes. Su catálogo tiene producciones de todos los géneros, de autores de renombre y de nuevos talentos. Los nombres incluyen desde Luis Buñuel, Alfred Hitchcock, Ingmar Bergman y Federico Fellini, hasta Krzysztof Kieslowski, Aki Kaurismaki y Pedro Almodóvar. Hay contenidos gratis, películas para rentar y planes de suscripción.
Lo que FilminLatino es al cine mexicano, Cine.ar es al cine argentino. Esta plataforma de video por demanda (“el lugar del cine argentino”, como se define) alberga el más completo catálogo de películas, series, documentales y cortos de ese país. El 25 de noviembre de 2015, el gobierno argentino inauguró este servicio de streaming con el nombre de Odeón y, en palabras de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es “El Netflix criollo”.
Tiene 700 horas de contenido y, para los amantes de la producción audiovisual de Argentina, es una joya. Entre otras, se pueden ver Rey Muerto y La ciénaga, de Lucrecia Martel; El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subielam, y varios clásicos de Armando Bó.
Ondamedia: Este “Netflix chileno”, en la línea de los esfuerzos de ciertos dos plataformas anteriores, fue desarrollada en 2017 por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile y entre su catálogo ofrece por ejemplo las 12 películas dirigidas por el documentalista Patricio Guzmán, películas de grandes nombres de la cinematografía chilena, como Pablo Larraín, Marialy Rivas, Sebastián Lelio y Alicia Scherson. OndaMedia permite que cualquier persona que se suscriba sin costo, pueda acceder a ver películas, documentales y series chilenas, aunque su catálogo es amplio, está limitado a ocho visualizaciones mensuales.
QubitTV es la plataforma dedicada a contenidos con foco en el público latinoamericano. Actualmente tienen 3500 títulos, un 50% anglo, y un 25% europeos-indios-asiáticos y un 25% de latinoamericanos. Su objetivo está en producciones que no rotan tanto en salas, o que nunca se estrenaron. Para ingresar basta con entrar a www.qubit.tv. Allí podrá inscribirse y probarla un mes gratuitamente. Lo interesante es que se trata de una curaduría realizada por Javier Porta Fouz, director del BAFICI (Festival de cine de Buenos Aires) que recomienda cine de autor, por región y por tema.
Hay un hogar para los espectadores de cine arte en la web: MUBI. Esta cineteca en línea incluye en su catálogo desde películas de directores de culto y clásicos, pasando por creadores independientes hasta joyas ocultas de todo el mundo. Hay una particularidad: cada día, una nueva película o cortometraje se añade a la plataforma, y otra deja de estar disponible.
Esta plataforma está en 200 países, con una curaduría cuidada que incluye a los más grandes del cine mundial: Martin Scorsese, Jean-Luc Godard, Wes Anderson, Woody Allen, Lars Von Trier, Luc Besson, Terry Gilliam, Quentin Tarantino, Charlie Chaplin, Steven Spielberg y Roman Polanski. La suscripción cuesta 10.99 euros al mes y ofrece alquileres particulares de películas. Una mina de oro para cinéfilos y espectadores de cine desconocido.